He vuelto al lugar de origen. Y ahora, no entiendo para sirven los billetes de ida si nunca tenemos suficiente valor para comprarlos.
- ¿qué recuerdas de tu viaje?
- recuerdo que no ha pasado demasiado tiempo desde entonces. Que me encantaba sentirme lejos, pero también más cerca. No me gustaba el dolor en las manos, pero siempre es mejor que el dolor del corazón. Recuerdo que en su casa hacía menos frío. Pero es como el sol escocés, hace que la ciudad se vea más bonita, pero su calor nunca es suficiente, Y eso se ve en las fotografías, sobre todo en las de blanco y negro.
No sé porque no me gustan las historias con finales abiertos. Y es curioso, porque en el cine son mis favoritas.
En algún lugar he leído que las cosas dulces y bonitas seguirán ahí cuando consigamos despertarnos. Pero yo creo que estoy despierta y puedo ver esas cosas. Aunque me sucede como en esos sueños en los que nunca alcanzas tu meta por más que corras.
En el fondo, sólo quiero ser una chica con una sonrisa enorme. No sé si me entienden. Mientras tanto seguiré cambiando adornos de mi habitación, si es que pensáis que eso sirve de algo. Empezaré a ser mala, porque parece que está de moda.
No dejé caducar mi billete de vuelta, y eso debe tener algún significado.
Toda la culpa la tienen las agencias de viajes, saben que si regresas pronto querrás volverte a ir y sólo por eso, nos premian con descuento en la compra conjunta de ambos billetes. Es una pena que nunca nos demos cuenta de algunas cosas.